LAS COSAS DESAMPARADAS
Te quedaste desamparada
sometida entre
las cosas
que ya no sirven
para nada
Perdida entre una
goma
de Milan y las
baladas
clásicas de Roma,
debajo de Tele 5
y la cuerda
de una peonza.
Te quedaste
desamparada
aunque viva,
entre arañazos de
relojes
de bolsillo y
cintas de casette.
Nunca busco la
bolsa
de estas cosas
olvidadas
porque no quiero
encontrarme
cromos de
futbolistas
cebados y
entumecidos,
ni rotuladores de
caldecor,
ni naipes
incompletos.
Ni cartas de
amor.
No quiero rozar
la pana
de aquel pantalón
parcheado,
ni oler a Gota de
Oro,
ni jugar,
porque siempre acabo
despejando
el brillo
argentino
del que encuentra
la añoranza,
y entre
desprecios y risas
me quedo pensando
por qué
sigo guardando
estas cosas
que llamo desamparadas
contigo entre
todas ellas
gritando que ya
no me quieres.
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Persevera.
Saludos.