EL JARDINERO
Aquella noche
de tormenta, Luisa, estaba especialmente nerviosa. Jorge andaba en viaje de
negocios, así que tendría que dormir sola. Lamentaba no haberse opuesto a la
decisión de su marido de contratar a aquel ex-preso como jardinero. Su mirada cáustica
y aquel extraño tartamudeo la desquiciaban. Aparcó el coche y caminó temerosa
mirando a un lado y otro de la calle. Al llegar a la cancela de entrada agachó
la cabeza para buscar las llaves en el interior de su bolso. Bajo la lluvia,
sintió una mano sobre su hombro, giró el cuello y allí estaba él, con la mirada
perturbada puesta sobre su rostro. Se zafó como pudo y empezó una lucha a muerte entre
famélico cazador y presa. Cayeron al suelo entre gritos hasta que ella logró
abatirlo de una patada en pleno rostro. Reptó hasta la puerta de su casa.
Ensartó la trémula llave en la cerradura y logró entrar, echando el cerrojo
inundada en un llanto convulsivo. Fue entonces cuando logró entender una frase
coherente en el tartamudeo del jardinero: "Ha-hay a-al-alguien
den-dentro".
Comentarios
Un abrazo.
Angie.
Yo acabaría el micro en la frase "Ha-hay a-al-alguien den-dentro", pues te da la clave de cómo termina la historia, el lector enseguida se lo imagina sin tener que dárselo todo masticado (cosa que creo que no suele gustar a la mayoría de los lectores). Y me parece mucho más contundente que la frase "miró hacia atrás pero ya era tarde".
Pura tensión
Un abrazo
Un abrazo.
Un abrazo fuerte.
:)
un abrazo
El relato muy bueno,de esos que te mantienen en vilo y cuyo final,no es sino el comienzo...
Ufff,que yuyu!
Un beso.
Te sigo.
Eu estou deprimida...
Beijo
Maravilloso microrelato, me mantuvo atenta y en suspenso.
Abrazos Jesús!!!
Un abrazo
Stella