EL BANCO DE LA PARROQUIA
A petición de un amigo os devuelvo este breve relato...
En el barrio ha ocurrido algo extraño. De pronto, en un núcleo urbano en el que nunca pasa nada ha empezado a correr un rumor con tintes delictivos. Al parecer, algún vándalo esculpió a golpe de navaja unos versos de amor en un banco de la parroquia. La noticia llegó a mis oídos cuando esperaba turno en la frutería de Mateo, que se ubica casi a pie de mi bloque. Allí dialogaban, indignadas, tres señoras ni tan jóvenes ni tan mayores, bien parecidas y arregladas para salir a la calle… ¡qué poca vergüenza! ¡ya no se respeta ni la casa de Dios! ¡¿dónde vamos a llegar?! Espetaban.
- ¿Lo han leído ustedes, señoras? - Pregunté.
- No, ni falta que hace. Es una blasfemia y punto- Me contestaron.
Fui y leí los versos esperando una cuarteta de colegio o un pareado adolescente. Pero nada de eso, me hallé con un soneto espléndido, sincero y bello. Una declaración de amor de vellos de punta y piel de gallina. De alejandrinos para más señas, perfectamente divididos en hemistiquios heptasílabos; rima asonante y versos polirrítmicos. Una obra sublime digna de un banco en la Catedral de Sevilla, no en la parroquia de mi barrio. Así que yo, también me fui indignado.
Sospeché de su autor rápidamente y me fui a buscarlo. No podía ser otro más que Suso Guevara. Me abrió la puerta con aires entre somnolientos y de media papa.
- ¡La que has liado, amigo! Le dije de entrada.
- No sé de qué me hablas. Me contestó con la voz apagada. Anda, pasa.
- Del soneto del banco de la parroquia, Suso. Y me sorprendí por el tono de riña paternal con que emití la oración.
- Ah, de eso.
- Pues como se entere Don Fermín… te excomulga. Le comenté.
- ¿Pero no lo estaba ya? Dijo con decepción.
Hablamos del soneto. Bueno, yo hablaba y él asentía con la cabeza porque no le gusta hablar de sus poemas. Siempre dice: “Lo que no puedan decir ellos de sí mismos mal voy yo a explicar”. Recordé que Suso defiende que la poesía debería estar en todas partes: en las cabinas de teléfono, en las paredes de todos los edificios, en el interior de los autobuses… Él se encargó durante una época de que esto fuera así, hasta que pasó cuarenta y ocho horas encerrado en un calabozo por esta causa. Recuerdo que declaró que lo hacía porque se lo debía a la poesía. Pero de esto hacía ya muchos años y ahora no me encajaba muy bien que volviera a hacerlo de nuevo. Así que, le pregunté por qué lo había hecho.
Se llevó a los labios su whisky, lo detuvo a escasos milímetros de ellos y sin dejar de mirar el fondo de la copa, me dijo:
- Porque allí se sienta a escuchar misa ella todos los domingos.
Se hizo el silencio. Silencio que durante dos horas habitó con nosotros. Me levanté y salí por la puerta. Conocía el camino.
En el barrio ha ocurrido algo extraño. De pronto, en un núcleo urbano en el que nunca pasa nada ha empezado a correr un rumor con tintes delictivos. Al parecer, algún vándalo esculpió a golpe de navaja unos versos de amor en un banco de la parroquia. La noticia llegó a mis oídos cuando esperaba turno en la frutería de Mateo, que se ubica casi a pie de mi bloque. Allí dialogaban, indignadas, tres señoras ni tan jóvenes ni tan mayores, bien parecidas y arregladas para salir a la calle… ¡qué poca vergüenza! ¡ya no se respeta ni la casa de Dios! ¡¿dónde vamos a llegar?! Espetaban.
- ¿Lo han leído ustedes, señoras? - Pregunté.
- No, ni falta que hace. Es una blasfemia y punto- Me contestaron.
Fui y leí los versos esperando una cuarteta de colegio o un pareado adolescente. Pero nada de eso, me hallé con un soneto espléndido, sincero y bello. Una declaración de amor de vellos de punta y piel de gallina. De alejandrinos para más señas, perfectamente divididos en hemistiquios heptasílabos; rima asonante y versos polirrítmicos. Una obra sublime digna de un banco en la Catedral de Sevilla, no en la parroquia de mi barrio. Así que yo, también me fui indignado.
Sospeché de su autor rápidamente y me fui a buscarlo. No podía ser otro más que Suso Guevara. Me abrió la puerta con aires entre somnolientos y de media papa.
- ¡La que has liado, amigo! Le dije de entrada.
- No sé de qué me hablas. Me contestó con la voz apagada. Anda, pasa.
- Del soneto del banco de la parroquia, Suso. Y me sorprendí por el tono de riña paternal con que emití la oración.
- Ah, de eso.
- Pues como se entere Don Fermín… te excomulga. Le comenté.
- ¿Pero no lo estaba ya? Dijo con decepción.
Hablamos del soneto. Bueno, yo hablaba y él asentía con la cabeza porque no le gusta hablar de sus poemas. Siempre dice: “Lo que no puedan decir ellos de sí mismos mal voy yo a explicar”. Recordé que Suso defiende que la poesía debería estar en todas partes: en las cabinas de teléfono, en las paredes de todos los edificios, en el interior de los autobuses… Él se encargó durante una época de que esto fuera así, hasta que pasó cuarenta y ocho horas encerrado en un calabozo por esta causa. Recuerdo que declaró que lo hacía porque se lo debía a la poesía. Pero de esto hacía ya muchos años y ahora no me encajaba muy bien que volviera a hacerlo de nuevo. Así que, le pregunté por qué lo había hecho.
Se llevó a los labios su whisky, lo detuvo a escasos milímetros de ellos y sin dejar de mirar el fondo de la copa, me dijo:
- Porque allí se sienta a escuchar misa ella todos los domingos.
Se hizo el silencio. Silencio que durante dos horas habitó con nosotros. Me levanté y salí por la puerta. Conocía el camino.
Comentarios
Yo creo igual, que tendría que haber poesía por todas partes sacaría las publicidades y pondría los poemas de Suso y de todos los poetas por supuesto.
Besos:)
Un abrazo y lindo domingo
Gizz
Estupendo texto
romàntico.
ojala hubiera sido verdad.
Alicia
Gracias por tu visita en mi blog y tu lindo comentario.
Te seguiré leyendo.
BESOS
REM
Bravo!!!
Saludos.
Si se publicitaría desmesuradamente sería como poner un collar de perlas a un cochino.
¿qué te parece a tí esa apreciación?
Un beso.
Besos y rosas.
( ='o'= ) ( ='o'= ) ( ='o'= )
-(,,)-(,,)- -(,,)-(,,)- -(,,)-(,,)-....
HOLA AMIG@, HOY PASAMOS DE VISITA, TE DEJAMOS UN SALUDITO Y LAS GRACIAS POR ACOMPAÑARNOS EN MUNDO ANIMAL.NO SIEMPRE SE TIENE LA SUERTE DE ENCONTRAR UNA PERSONA TAN ESPECIAL COMO TU. QUE TENGAS UNA BONITA SEMANA Y RECUERDA QUE:
Por qué amar a los animales?
Porque lo dan todo, sin pedir nada.
Porque ante el poder del hombre que cuenta con armas...son indefensos. Porque son eternos niños, porque no saben de odios...ni guerras.
Porque no conocen el dinero y se conforman sólo con un techo donde guarecerse del frío.
Porque se dan a entender sin palabras, porque su mirada es pura . Porque no saben de envidia ni rencores, porque el perdón es algo natural en ellos.
Porque saben amar con lealtad y fidelidad.
Porque dan vida sin tener que ir a una lujosa clínica.
Porque no compran amor, simplemente lo esperan
y porque son nuestros compañeros, eternos amigos
que nunca traicionan. Y porque están vivos.
Por esto y mil cosas más...merecen nuestro amor...!
¿Cuando aprenderemos a amarlos como lo merecen?...
ESTRELLITA Y CHRISTIAN.
Pues estoy de acuerdo, Arantxa, no es necesario que se difunda masivamente. La poesía está viva y perdurará mientras los que la amamos sepamos cuidarla y transmitirla. Así es y ha sido desde que el hombre es hombre.
Y que conste que a nadie le amarga un dulce...
Un abrazo
Jesús Domínguez
Así que...te correspondo. A partir de ahora me tienes en tus seguidores y, en cuanto tenga un momentito, si me lo permites, te enlazará. Un saludo amistoso.
gracias por visitar mi espacio!
te estare leyendo!
Este relato es una hermosa ficción, hoy que tanto cuesta escribir a y para " ella", y que no sea ficción...
Gracias por tu comentario y por pasar por un modesto blog de alguien que no es poeta pero que ama la poesía...
Pienso que, qué lugar mejor que una iglesia para enzalsar al amor?
Y, estoy de acuerdo con Suso, " la poesía debe de estar en todas partes".
Saludos
Un fuerte abracito y qué gusto descubrir tu espacio que seguiré de cerca.
Anna Francisca
Besitos
Y mil felicidades ahora que estás a punto de saciar tus "ganas insensatas" de ver la carita de tu bebé. Que todo salga bien!
Me gustó mucho lo que le escribiste, y con tu permiso, seguiré leyendo.
Besos :)
Un saludo enorme.
Gracias por visitarme en el blog de recuerdos musicales, Te invito a que visites mi otra casa, la de los textos.
Me encantó descubrir esta tu casa.
Saludos
estridencias del encefalograma plano que dictan a mis dedos un "gracias" para tu ocurrencia.
un besote,
Gracias por tu visita, ha sido un placer conocer tu espacio.
Cariños.
Un beso
Lo que no puedan decir ellos de sí mismos mal voy yo a explicar
exactamente!
Gracias por pasar por mi blog.
BACI, STEKI.
En el mundo debería haber mas personas como tu, como el amigo que escribe poesía a su amada en el banco de la iglesia; considero que quien critica eso es un hipócrita.
Con tu permiso me voy hacer seguidora de tu blog.
Te comento que hace unos años, en 1998 estuve en Sevilla, me enamoró, me cautivó el acogimiento de su gente, su belleza, ole y ole por tu ciudad. Un abrazo
Un relato tierno y afilado. Me gustó.
Una sonrisa de marcapáginas.