LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL (IA)
Hace poco, no recuerdo donde, leí una tira cómica en la que un hombre le decía a otro:
-’me preocupa el avance de la inteligencia artificial’- a lo que el otro respondía: - ‘pues a mí me preocupa más el retroceso de la inteligencia natural’.
Está claro que aquello que leíamos como ciencia ficción con Isaac Asimov o Arthur C. Clark ha llegado a nuestros días más rápido, probablemente, de lo que habíamos imaginado. La verdad es que impresiona la capacidad de estos programas que, con apenas unas sencillas directrices, pueden elaborar planes de acción eficientes para empresas, crear imágenes hiperrealistas o desarrollar cálculos en tiempo récord, entre otras muchas excelencias con múltiples aplicaciones.
Es inevitable cuestionarse cuánto van a tardar estos avances en desplazar al ser humano de determinadas tareas, tanto en cuanto sean capaces de desarrollarlas mejor o en menos tiempo que cualquiera de nosotros. Y todo ello sin cometer ni un solo error, ¿verdad?
Pues es aquí a donde yo quería llegar. Es curioso que sea ese el punto de partida del que podremos destacarnos y convencernos de nuestra sempiterna preponderancia, pero en pocas palabras podréis entender a qué me vengo refiriendo: nuestra capacidad de error es una ventaja.
Si no lo creéis solo tenéis que recordar cuántos inventos, avances médicos y descubrimientos han surgido a partir de un error. De errores se descubrieron la penicilina, la dinamita, el pegamento o los rayos X; de múltiples errores de cálculo que la inteligencia artificial no cometería se han descubierto lugares increíbles y especies fascinantes. De un error surgió la coca-cola o el champán. De un error te conocí, me enamoré y hoy nuestra historia es una aventura extraordinaria que ningún software podría entender ni replicar. Podemos discutir si es o no inteligente, es innegable que no es artificial.
No sé si fue un error de cálculo, probablemente sí, pero de lo que estoy totalmente seguro es de que el resultado es, está siendo, MARAVILLOSO.
Comentarios
Abrazo
Mi abrazo entrañable y mi ánimo siempre, compañero de letras.
Saludos