Ir al contenido principal

Destacados

LA CORRIENTE

Probablemente me dejaría llevar con ellos. Supongo que no lo dudaría. Entiendo que el corazón tiraría de mí, soltaría mis manos y lucharía por alcanzarlos. Sin pensar si quiera que tal vez fuera imposible, daría igual, porque si no fuera con ellos, ¿qué haría? ¿qué sentido tendría todo cuanto soy, todo cuanto hago o pienso? ¿Qué más daría firmar la defunción de todas mis historias si la corriente los lleva? ¡Qué dolor, madre mía! ¡qué dolor más grande! Y cuando llegara el momento de rendirse y entregarse a la corriente sería soportando la culpa de no haber sido capaz de protegerlos, de asirlos debidamente, de retener sus cuerpos junto al mío. Así que, ¿qué más daría la muerte? ¿qué iba a importar ya el tiempo? ¿qué razón quedaría viva? Casi no soporto imaginarlo, no creo que pudiera vivirlo. Ese hombre abrazado al tronco de un árbol viendo como la corriente le arrebata a sus hijos…

LA INERCIA

Después de todo lo sucedido se fue a casa, se tiró en la cama y se hundió en el colchón. Lloró, lloró todo cuanto pudo llorar, lloró hasta deshidratar el alma. Se abandonó hasta no sentirse la misma persona. No. No luchó, no se mostró fuerte, no se levantó después de caer. Se rindió. Sí, se rindió y no hizo nada por recuperar su vida. En contra de todas esas frases motivadoras de Facebook, Instagram y Twitter huyó con toda la cobardía que cabe en el corazón de un ser humano. Se fue con una descomunal depresión tiñendo sus ojos, sus labios, su pelo y su ropa. Huyó tan lejos como su precaria economía le permitió. Se despojó de todo aquello que tuvo que ver con cualquier día anterior de su vida. Tomó el único camino que hubo para él y se conformó con lo que le fue asignado. No tomó decisiones. Se dejó llevar por la comodidad de los actos, por lo cándido, lo viable. La suerte, el destino, la inercia o el karma, qué se yo el qué le sonrió. Todo se abrevió en una cuestión temporal, probablemente estadística. Su único mérito, si así puede llamarse, se limitó a mantenerse con vida. El caso es que salió adelante, halló nuevos motivos, sentimientos honestos, luces regias y valor. 

Murió feliz… un día, muchos años después de todo aquello.


Comentarios

tita Mari Paz ha dicho que…
Por desgracia describe la vida de muchos seres humanos que no encuentran, o no buscan, otra salida, que esa inercia descrita a la perfección, para decir, conmigo no puede la inercia, hay que tener mucho coraje, porque lo fácil es dejarse ir. Bravo.... Jesús. Besossss
Cabrónidas ha dicho que…
Al menos murió feliz. Hay quien vacía el frasco de pastillas o recurre a la cuchilla oxidada.

Entradas populares